lunes, 5 de marzo de 2012

Así, piantao..

Decidió, en medio de la lluvia, subirse a la ilusión super-sport y dejar que el resto venga solo. No sé cuánto tiempo pasó desde que cerró los ojos hasta que se encontró, mirando desde arriba, cómo la gente le daba la espalda; pueden haber sido minutos, horas, o suspiros. Divisó unos pocos locos que, riéndose solos y abriendo los brazos para ocupar más espacio, entregaban una imagen digna de película romántica (de esas que no miro, pero son fáciles de imaginar); esos desquiciados se reflejaban en las nubes, las cuales a esta altura se habían convertido en inmensos charcos grises (como el asfalto, pero mucho más arriba), y sacaban una sonrisa a los que se refugiaron bajo un techo, los que se escondieron de las bendiciones porque dicen tener una sóla religión, una que no habla de milagros tan simples como la lluvia. Aquellas personas que no quisieron perderse la magia, van a quedar en su álbum de fotos mentales para siempre, van a ser parte del recuerdo que logra sacar suspiros (de los felices); ellos, que van medio corriendo y medio saltando, no tienen apuro para llegar a ningún lado...ellos son los que se visten de colores en un atardecer que los refleja, y de a poco va tomando sus tonalidades, rindiéndoles homenaje por semejante show. Esa gente, hermosa gente, es la que hace que ahora ella esté planeando por sobre los árboles, mojándose con el agua sagrada, dejándose llevar por el viento que levantaron las banderitas que tienen en cada mano aquellos locos.
Y así sigue, mirándolos una y otra vez, elevándose más y más a medida que la lluvia decide cuánto tiempo se va a quedar. Así, acostada en una de las nubes más cómodas, te vio a vos...y los locos siguen bailando, y ella lo único que puede ver es esa sonrisa que iluminó el cielo al mirarlo; y los locos siguen bajo el agua, y vos también, y ella te ve sólo a vos. Así, con el corazón desvelado, no sabe si bajar para acostarse en el pasto y zambullirse en el cielo, o quedarse arriba y contemplarte a vos.
Y los locos, ahora que la lluvia se fue a descansar, decidieron hacerle compañía y ya parece que no están; y vos en la vereda tomando mate, y ella subida a esa ilusión super-sport, y todos saliendo a la calle nuevamente.
Los locos adentro, los religiosos afuera, ahora vos en el cielo, y ella también.
Así, los dos en una nube mirando alrededor, ahora escuchan la lluvia que volvió, y cantan a media voz....