Los presentimientos, tema que no suelo analizar, son peligrosos como para dejarlos pasar. Pueden arruinar tu presente, y colmar de desilusiones tu futuro. Pre-sentir no sirve de nada, la palabra está hecha justamente para que, al decirla en voz alta, veas lo ridículo que es sentir algo antes de tener un por qué. Entonces, ¿por qué basamos la mayoría de nuestros actos en presentimientos?, ¿por qué nos damos la cabeza una y otra vez contra la pared sin darnos cuenta de la causa?. Al fin y al cabo es tan estúpido como preocuparse, las cosas suceden por algo, te ocupes o no con anterioridad, lo presientas o no; cambiar el destino por un presentimiento es una mala decisión, dejemos de una vez por todas que fluya la energía y que pase lo que tenga que pasar: no se puede vivir la vida antes de nacer.
Hoy tuve un presentimiento, y notar que estaba sufriendo antes de tiempo hizo que caiga en la cuenta del tiempo perdido en intentar caminar más rápido de lo debido. No se puede perder ni una hora más pensando en el por qué de esa sensación anticipada, ya no hay tiempo que sobre para dedicárselo; no se puede vivir el futuro en el presente.
No voy a dar más importancia a los presentimientos, van a ir desapareciendo, y con ellos la desilusión por una predicción errónea, y la angustia de la espera a que no suceda lo que creo va a pasar. No voy a dar más importancia a lo ridículo, el destino llega solo y no me siento más a esperarlo.
Pre-sentir, es sentir en blanco y en vano.
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