miércoles, 7 de diciembre de 2011

Se pierde entre la maraña de incógnitas, se mezcla con todos los suspiros sin causas aparentes, y de repente todo lo que decís no se piensa, salen las palabras formando frases que no sabés si tienen sentido...no lo sabés, y no te interesa; a nadie le interesa la coherencia cuando puede ver, desde la tierra, cómo se aleja la mente por entre las ramas, a la par del Sol. Y la seguís con la mirada sabiendo que va a volver cuando sea necesario, cuando tenga que despertarte y decirte las coordenadas de tu paradero; mirás todo con otros ojos, realmente no sabés si son los tuyos o lograste ver desde otro cuerpo, con otro motor. Quizás sea el aire el que haya cambiado, o el tiempo se haya detenido a mirar cómo vuela tu mente..esa que ya está cerca de una tímida Luna, que no se anima a dejarse ver con tanta claridad; esa mente que te ve desde arriba y no puede entender cómo seguís funcionando sin ella, y sin embargo disfruta tanto como vos estar suspendida. Ella lo disfruta, y vos ni te das cuenta, cerraste los ojos para poder ver mejor, para lograr imaginar todo lo que escuchás, todo lo que sentís, y así conocer realmente lo que ya tiene nombre y no explicación. Así, dejándola volar tranquila, vos pudiste ver cada detalle de las hojas, del paisaje, te divertiste imaginando gestos acompañados de ciertas frases, volaste mucho más alto y volviste antes, para poder abrir los ojos lentamente y ver cómo ella volvía..y observar cómo esta vez, no cambió nada.

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