miércoles, 9 de junio de 2010

14 de febrero del 2010

No sé qué pensar..¿tengo que pensar?, porque cuando pienso siempre termino golpeando la puerta de la misma casa, con la ansiedad y la incertidumbre de no saber si va a abrir o no; cuando pienso se me van las esperanzas de entender la situación algún día, de poder descifrar el por qué o el para qué; cuando pienso camino una y otra, y otra vez por la misma cuerda (que está cada vez más floja).
Si no pienso pero siento, se me van las probabilidades, estadísticas, posibles salidas o entradas..se me nubla el camino y me quedo en la banquina, esperando que el sentimiento sea más fuerte que el pensamiento. Y sí, tarde o temprano termino razonando, sacando el humo que no se encargan de sacar los responsables.

Prefiero sentir y dejar de pensar, pero a esta altura del partido ya no depende de mí.

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