miércoles, 9 de junio de 2010

18 de octubre del 2009

Dar a luz.
Hace mil doscientos años, dentro de cinco siglos o en un mes, dar a luz va a significar lo mismo.
En Palestina, Croacia, Hamburgo o Australia, dar a luz significa lo mismo.
Para alguien de ocho años de edad, alguien de noventa o un simple adolescente, dar a luz tiene que significar lo mismo.
Porque no importa el tiempo, el lugar o la edad..dar a luz es el primer escalón que una madre da para empezar a iluminar una vida; es la escalera que va a ayudar a subir y que ella misma va a construir; es la primer puerta de un pasillo larguísimo, puerta de la que al principio sólo ella tiene la llave; es el primer foco prendido de una autopista a estrenar; dar a luz es iluminar.

Dar a luz no dura unas horas, dura una eternidad.
No te olvides de quien te iluminó en su vientre; de quien nunca permitió que se te queme la lamparita; de quien día a día pide con más fuerzas que tu luz sea la más brillante; de quien deja la vela encendida aún cuando le das la espalda, ni de quien pone sus manos para evitar que el viento la apague; no te olvides de quien te da luz todos los días de tu vida...aunque ya no te hables con ella, aunque sólo puedas escuchar su voz por el teléfono, aunque la tengas al lado y no la abraces, aunque no esté físicamente..nunca te olvides de tu luz.

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