miércoles, 9 de junio de 2010

25 de febrero del 2010


Es tan simple como abrir una puerta..
..está entreabierta y con sólo empujarla ya estás adentro. Ves sillas y muchas personas desconocidas sentadas en ellas; escuchás un cd de fondo, de esos que te regalan y todavía no sabés por qué los escuchás; ves en el fondo una ventana, que abriste un día y el viento nunca te dejó cerrar; hay una biblioteca repleta de textos que leíste, sí, los leíste todos..no te acordás de ninguno. No te acordás de haber estado alguna vez ahí, pero todos te conocen y los libros tienen tu nombre en el prólogo firmado por algún..¿amigo?..tampoco lo sabés. Es una habitación muy concurrida, fría, es tu habitación y ni siquiera te sentís bienvenido.

Es tan simple como abrir una puerta..
..tenés una llave en la mano que encaja perfectamente en la cerradura, girás y con un simple movimiento ya estás adentro. Ves sillas, muchas vacías y otras ocupadas por gente conocida que se sentó y decidió no pararse nunca más; escuchás un cd viejo de fondo, de esos que te comprabas cada vez que te sentías de buen humor y lo ponés cada vez que te sentís mal; ves en el fondo una ventana, cerrada y cuando te asomás ves una fila de personas esperando a que la abras, a que los dejes mirarte de cerca, a que los dejes entrar; hay una biblioteca enorme, con un par de libros que parecen diminutos entre tanta madera..libros que leíste y que nunca vas a olvidar, que marcaron tu personalidad, tu forma de pensar. Es una habitación sencilla, cálida, es tu habitación y te das cuenta.

Hay gran diferencia entre lo que pueden conseguir todos y en lo que sólo vos podés conseguir; hay una gran diferencia entre un corazón tuyo sin vos, y un corazón tuyo con los tuyos.

(la diferencia está en que vos tenés la llave de lo que realmente importa)

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