Un año bastante complicado eh, sí, voy a hacer un balance un mes antes de que termine..porque ahora que uno empieza con las despedidas, las fiestas, término de cursada y demás piripipies, pinta todo de color rosa y no es así; el 2010 sacó todas las Julietas que creía nunca iba a conocer, y algunas de mis propias facetas desconocidas llegaron a caerme bien, pero otras...otras simplemente podrían haberse quedado ocultas un par de años más. No es que no me haya caido bien a mi misma, sino que por momentos no me reconocí.
También me golpeó desde todos los ángulos, y no fue necesario que el francotirador sólo me apuntara a mí, porque se ve que la vida tiene muy claro eso de que bajar a tu entorno duele más que una bala en tu propia frente; pese a sentirme en el ojo de la tormenta, abrí los ojos y salí...no sé cómo, pero sé por qué: nada me podía hacer más fuerte que ver débiles a los míos. Así que se ve que en esa te equivocaste (de todas maneras, no vuelvas a intentarlo).
Este año, lo sé, no fue uno de los mejores..me
desilusioné como había prometido no volver a hacerlo, a raíz de haber
creido en algo que, también, había jurado no volver a creer; sentí un vacío que solo se puede comparar con la ausencia de uno mismo, y como todos los años, deseé estar en el medio de la nada antes que en esta ciudad; me di mil veces (más) la cabeza contra la pared, y me perdí en un camino que yo misma dibujé.
Sin embargo, fueron meses en los que pude saber quién era quién..este año sí puedo decir que quedaron los que debían quedarse, y se fueron solitos quienes estaban de más; el 2010, a fuerza de golpes, me hizo decir lo que hace años tendría que haber dicho, lo que siempre me cuesta horrores, lo que me hace irroconocible...me hizo decir
Basta: a las vueltas sin sentido, a las esperas, a las falsedades, a los caprichos y los malos consejos...me hizo decir Basta a lo irreal y a lo superficial.
Gracias a un año como este, pude escribir un par de líneas más a muchos finales abiertos, y terminar a mi manera lo que había empezado y transcurrido a la de otros; pude disfrutar de lo
sencillo con lo
verdadero:
el río, las estrellas, la playa, un mate..con los
amigos de siempre; y con los nuevos disfruté de la espontaneidad de las risas y las anécdotas, la única manera que encuentro de poner en práctica mi memoria.
Gracias al 2010 pude
cambiar de cuerpo, cambiar la forma de
mirar el afuera, la forma de
sentir, sabiendo discernir lo que vale la pena de lo que no; pude cambiar la manera de
percibir, y ahora más que nunca cambié la manera de asimilar...pero lo realmente rescatable de este año, es que no logró
cambiar mi forma de
ser.
2010, año de
cambio...dicen que el próximo, es la
oportunidad.